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Carrusel Cabildo: entre la marrullería y el “entra, recibe y sal”

El Cabildo de Navojoa: con levantadedos automatizados

Cabildo: entre la marrullería y el “entra, recibe y sal”

Decíamos ayer que en esa terapia de desahogo grupal en que se han convertido las sesiones del Cabildo de Navojoa, la alcaldesa y el Secretario-poeta han asumido la comodina postura de enconcharse, porque atenidos al mayoriteo morenista, no tienen necesidad de explicar ni fundamentar nada a fondo. Pero, ¿y los regidores?
En el caso de los morenistas, cuando quieran pueden llevar un catre o una hamaca y echarse un “changuito” mientras la terapia inicia y avanza hacia su clímax con los reclamos y las acusaciones a grito pelado, para luego pasar a lo que ha venido estableciéndose como cerrojazo obligado: alzar los dedos y dar carpetazo a cuanto les indican Chayito Quintero o su corifeo Jesús Guadalupe Morales. 
¿Y los de oposición? ¿Cuánto pueden los navojoenses confiar en que efectivamente están velando por sus intereses?
Ya se sabe que siempre ha sido difícil remar contra la corriente, pero sin duda lo es más cuando ni siquiera se agarra el remo…o se deja tirado cuando más se necesita empujar la lancha.
El símil vine a cuento por lo que ya comentamos una vez aquí –que se volvió a repetir el pasado lunes-, cuando públicamente los regidores de oposición e incluso el Síndico Guillermo Ruiz Campoy asumen una postura hasta gallarda y bravía y a la mera hora se achican.
En la sesión del lunes, los ediles priistas Remedios Pulido y Rodrigo Llamas (PRI), Martín Ruy Sánchez (PAN) y Carlos “Pilinkito” Quiroz (PT) hicieron frente común.
Argumentaron y sustentaron lo que se ha venido diciendo hasta el cansancio y que tocamos aquí a vuelo de pájaro: si las cuentas o el gasto no le cuadran a la alcaldesa o al Tesorero Jesús Antonio Covarrubias respecto a lo presupuestado legalmente, no importa: para eso están a su disposición los levantadedos automatizados.
Por eso Covarrubias mandó las cuentas al cuarto para las 12 a la Comisión de Hacienda, con el único fin de que se las sellaran de recibido, aunque ya no tuvieran tiempo para analizarlas a fondo.
Jesús Antonio Covarrubias: evidente mala fe
Cumplido el mañoso trámite de entrega-recepción, el Tesorero se ufanó ante el Cabildo en pleno que sí se apegó a la ley y sacó de la caja china el petate del muerto de que sin dictamen de dicha comisión, el asunto pasaba a ser de obvia y urgente resolución en el pleno, porque además ya se les había venido el tiempo encima y podían ser sujetos no sólo de amonestaciones, sino de severas sanciones por parte de Congreso del Estado.
La marrullería es más que evidente, partiendo de un hecho muy simple: si a la alcaldesa no se le cae de la boca que Covarrubias hasta tiene un doctorado en contaduría, ¿cómo es que un profesionista tan preparado termina haciendo las cosas al troche y moche, a sabiendas de que hasta él quedaba expuesto a dichas sanciones?
Con sus entorchados profesionales como antecedentes, no cabe otra explicación que la del dolo y la imposición apalancadas en el mayoriteo, especialmente cuando días atrás “El Pilinkito” había cometido la pifia de adelantar públicamente que la Comisión de Hacienda estaba preparando “un duro” dictamen contra el ajuste de presupuesto, metiéndole lupa a fondo. Ooobviamente –leperillos desde chiquillos- la alcaldesa y sus contlapaches se le adelantaron y optaron por el viejo recurso de “matanga dijo la changa”.
(Ojalá al “Pilinkito” no se le ocurra meterse a jugador de póker, porque si así enseña las cartas lo van a dejar en cueros).
Pero volviendo a los regidores de oposición y en un escenario tan previsible para el garrotazo, lo mejor que les quedaba era mantenerse en bloque y cuestionar a fondo con argumentos de peso, tratando de echar abajo lo que ellos mismos han calificado como falta de respeto hacia los navojoenses, por el desaseo en el manejo de las finanzas públicas. Por lo menos dejarían la digna imagen de que no todo está perdido en Dinamarca.
Sin embargo, volvió a repetirse lo que ya parece un patrón: a la hora de los asegunes, el regidor priista Jorge Márquez Cázares no asistió a la sesión, y Martín Ruy Sánchez sí fue, pero a la hora de la votación ¡desapareció!
Marín Ruy Sánchez: ¿tiró el arpa?

¿A dónde cree usted que fue, según su propia versión? ¡Al cajero automático de un banco! ¡Estando en plena sesión de Cabildo, donde tenía una responsabilidad y una representatividad popular por las cuales cobra!
Eso no fue lo más ridículo e infantil: el señor explicó que no volvió a la sesión ¡porque en el cajero se le atoró la tarjeta! De aquí a Navidad, fácil inventa que se le aparece Santoclós y ¡le pide raite para repartir juguetes! De plano, ?creerá que los navojoenses son idiotas?
De Márquez se sabe que tiene rato saliendo justificadamente de la ciudad para atender un problema familiar de salud, pero Ruy Sánchez simple, sospechosa y descaradamente tiró el arpa. ¿Será porque –además del ridículo pretexto de la tarjetita- en escaramuzas de este tipo le pasan rozando pedradas contra la anterior administración, en la cual fue Secretario del Ayuntamiento?
El problema es que ésta no es la primera vez que sucede, lo que tiene rato alentando el sospechosismo de que por angas o mangas, en público se dice una cosa y en Cabildo se hace otra.
Hay otros casos que alimentan esa duda, como la pendular actuación del síndico Guillermo Ruiz Campoy, que de feroz crítico pasó ahora a aprobar lo que le pusieron enfrente (a ver si no sale luego con que lo “chamaquearon”) o el del regidor étnico José Manuel Maldonado Ozuna, que montado a últimas fechas en una flamante motocicleta -¿quién pompóóó?- ahora ve todo color rosita, cundo no hace mucho echaba lumbre por la boca.
Por posiciones y experiencia, las posturas de Márquez, Ruy Sánchez y Remedios Pulido son especialmente valiosas y de peso. El primero porque ya fue diputado local y se supone que le entiende a la revisión de presupuestos y cuentas públicas; ella por haber sido dos veces tesorera municipal (amén de ser Contadora) y Ruy Sánchez porque ya pasó por la Secretaría del Ayuntamiento y se supone que también entiende de estas cosas.
En cuanto a Carlos Quiroz, ocupa la presidencia de una comisión clave en el Cabildo: la de Hacienda, Patrimonio y Cuenta Pública.
Ya se sabe que son pocos frente a la aplanadora mayoritaria que a ciegas sigue lo que le manden, pero sin cohesión definitivamente se hacen menos.
No por nada la alcaldesa Chayito Quintero no pierde la oportunidad de despotricar contra “esos que van a la radio a decir que aquí es un desorden”…cuando frecuentemente –pensemos, sin malicia alguna, que de manera involuntaria- terminan también envueltos en dicho desorden, por su propia inconsistencia.
Por lo menos, por negligencia o por omisión, imperdonables en quienes buscan cargos públicos, para terminar quedándose cortos.
En términos boxísticos, esto ya parece aquella parodia de Los Polivoces (¡qué moderno!), sobre el boxeador que traían loco a moquetes y en una de esas le pregunta al mánager si no será hora de cambiar la estrategia de pelea. Entonces su mentor le dice: “Vas bien, sigue así, ¡tú entra, recibe y sal!”.
Así están los regidores de oposición, a los cuales la alcaldesa Chayito Quintero oye como oír llover: lucen muy bravos antes de los pleitos, pero luego entran, reciben una moquetiza y salen, para seguir repitiendo cíclicamente la estrategia.
Por eso preguntamos: ¿pueden decir que verdaderamente están velando por los intereses de los navojoenses?

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