‘Todo fue muy feo’, recuerda sobreviviente en Tlahuelilpan
De un instante a otro, la vida de José Guadalupe Jiménez Garrido cambió. La tarde del 18 de enero acudió junto con su hermano al predio en San Primitivo, Tlahuelilpan, donde ocurrió la explosión.
“Nosotros por curiosidad fuimos a ver y ahí encontré a unos compañeros y nos metimos a platicar con ellos y no pasó ni cinco minutos cuando sucedió la explosión y pues no me dio tiempo ni de correr, todo se puso muy oscuro. Fue muy feo, muy triste, muchos gritos, todo fue muy feo”, afirmó sobreviviente a explosión.
José Guadalupe es uno de los pocos sobrevivientes a la tragedia ocurrida hace seis meses. El 85 por ciento de su cuerpo presenta quemaduras de tercer y cuarto grado, su cabeza aún no cicatriza y la movilidad en su cuerpo es mínima.
“Sentimentalmente es un dolor inexplicable, porque eso de un día para otro perder a alguien es muy feo y físicamente el dolor, sólo en mi cabeza, aún sigue abierta, no exponerme al ambiente mucho tiempo, no puedo estar cerca de la tierra, de los animales, solamente puedo estar en casa”, comenta.
Sus planes de regresar a estudiar se truncaron, ahora José Guadalupe acude dos días por semana a terapias de rehabilitación y en casa su mamá le realiza curaciones y masajes.
“Yo trato de tenerlo lo más limpio posible, trato de darle la comida, lo que sea lo más nutricional que se pueda, en su limpieza de él y estar haciendo sus terapias dos tres veces al día y estar con él.
“Al principio el apoyo que se dio por parte del Gobierno y hasta ahorita nos han ayudado, en el DIF estatal, un poco de medicamento, en lo poco que me han podido ayudar, no al cien por ciento, porque pues no, tampoco no lo dan, entonces ahorita si lo que más se necesita son esos parches para la cabeza de él”, dijo la mamá de José, Maribel Garrido Ramírez.
“Nosotros por curiosidad fuimos a ver y ahí encontré a unos compañeros y nos metimos a platicar con ellos y no pasó ni cinco minutos cuando sucedió la explosión y pues no me dio tiempo ni de correr, todo se puso muy oscuro. Fue muy feo, muy triste, muchos gritos, todo fue muy feo”, afirmó sobreviviente a explosión.
José Guadalupe es uno de los pocos sobrevivientes a la tragedia ocurrida hace seis meses. El 85 por ciento de su cuerpo presenta quemaduras de tercer y cuarto grado, su cabeza aún no cicatriza y la movilidad en su cuerpo es mínima.
“Sentimentalmente es un dolor inexplicable, porque eso de un día para otro perder a alguien es muy feo y físicamente el dolor, sólo en mi cabeza, aún sigue abierta, no exponerme al ambiente mucho tiempo, no puedo estar cerca de la tierra, de los animales, solamente puedo estar en casa”, comenta.
Sus planes de regresar a estudiar se truncaron, ahora José Guadalupe acude dos días por semana a terapias de rehabilitación y en casa su mamá le realiza curaciones y masajes.
“Yo trato de tenerlo lo más limpio posible, trato de darle la comida, lo que sea lo más nutricional que se pueda, en su limpieza de él y estar haciendo sus terapias dos tres veces al día y estar con él.
Después de 6 meses, continúan las secuelas para los sobrevivientes a la explosión de Tlahuelilpan. La vida cambió de un instante a otro... #AbreLosOjos @FranciscoZea por @ImagenTVMex
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“Al principio el apoyo que se dio por parte del Gobierno y hasta ahorita nos han ayudado, en el DIF estatal, un poco de medicamento, en lo poco que me han podido ayudar, no al cien por ciento, porque pues no, tampoco no lo dan, entonces ahorita si lo que más se necesita son esos parches para la cabeza de él”, dijo la mamá de José, Maribel Garrido Ramírez.
Aunque el apoyo de su familia es importante, no es suficiente para su recuperación por lo que esperan recibir el apoyo de instancias gubernamentales en esta etapa de reintegración a su segunda oportunidad de vida.
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