Carne de ballena con "precio de celebración" en Japón
TOKIO, Japón a 4 de julio.- Los trozos de carne de las primeras ballenas capturadas desde que Japón reanudó la caza comercial esta semana alcanzaron el jueves “precios de celebración” en una subasta.
La carne se vendió el jueves por hasta 15.000 yenes (140 dólares) por kilogramo (2,2 libras), varias veces más que los precios pagados por los minkes antárticos.
La carne provino de dos ballenas capturadas flota de cinco pesqueros frente a la ciudad norteña de Kushiro el lunes, cuando Japón reanudó la caza comercial después de 31 años.
Durante esos años, el Japón llevó a cabo cacerías de investigación en la Antártida y el Pacífico noroccidental que los conservacionistas criticaron como tapadera de la cacería comercial prohibida.
Japón abandonó la Comisión Ballenera Internacional el 30 de junio y prometió que los barcos balleneros permanecerán en sus 200 millas exclusivas de aguas. La Agencia Pesquera fijó la cuota hasta fin de año en 227 ballenas, comparado con las 627 que Japón capturó en esas aguas lejanas para su programa de investigación.
En la subasta del jueves, la carne grasa del vientre llamada “unesu” formó parte de los 120 kilos (264 libras) comprados por Sendai Suisan Co., dijo la empresa. También ofreció 10.000 yenes (92 dólares) por kilo de carne roja, muy por encima del promedio de 2.000 yenes por kilo (18 dólares por 2,2 libras).
Por otra parte, se subastaron 66 kilos (145 libras) de carne de ballena en Taji, uno de los pueblos balleneros tradicionales conocido también por la cacería del delfín.
La carne de las ballenas capturadas por la otra flota en la Antártida será congelada y distribuida por separado.
“Fueron precios de celebración para una ocasión especial”, dijo el vocero de la empresa Masamitsu Sato en alusión a que los precios son mucho más altos que los de las ballenas capturadas en la Antártida. Prevé que los precios bajarán a “niveles apropiados” para atraer a una amplia gama de clientes.
A pesar del buen comienzo, los balleneros contemplan el futuro con incertidumbre y se preguntan si su negocio es viable después de un lapso de varias décadas.
“Todos nos preguntamos con preocupación si nuestro negocio puede ser rentable”, dijo Sato.
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