Carrusel: Chayito: caso siquiátrico que contagia a sus adoratrices (II)

Chayito: caso siquiátrico que contagia a sus adoratrices (II)
Decíamos ayer que la alcaldesa Chayito Quintero es víctima de, por lo menos, tres males mentales: megalomanía, esquizofrenia y paranoia, de las cuales ya definimos la primera.

Pero si eso es grave, resulta mucho peor que quienes la rodean se hayan contagiado o estén aprovechándose de su precaria condición mental, no sólo inflándole su narcisismo y megalomanía, sino para manipularla vendiéndole ideas peligrosas con tal de defender los indebidos privilegios de los cuales se han adueñado en esta administración.

Pedro Díaz: bajezas criminales

No puede interpretarse de otra manera la gravísima revelación que hizo el diario La Verdad sobre lo que denominó “Cumbre de los porros”, realizada por 42 corifeos de la alcaldesa en el domicilio del Director de Salud Municipal, Pedro Díaz, el sábado pasado.

Cualquiera entendería que en momentos tan tensos para ella –que no hacen sino agudizar sus desequilibrios mentales- su equipo más cercano se reúna para cerrar filas y trazar estrategias de defensa, pero hay un mundo de distancia en eso de poner a su disposición a un equipo de golpeadores, e incluso sugerirle la “siembra” de evidencias para incriminarlos en algún delito.

Según ellos, así se los quitarían de encima, a la par de desacreditarlos, como han querido hacerlo a través de la infame y vulgar campaña negra desatada por pistoleros de la pluma y a través de las redes sociales.

Evidencian que en su ambición desatada están dispuestos incluso a recurrir a bajezas de tipo criminal, por las que desde ya deberían ser investigados por la Fiscalía de Justicia del Estado, sobre todo porque han sido recurrentes en esta administración los casos de amenazas e intimidaciones contra funcionarios y regidores.

No, no fueron ideas soltadas por cualquier borracho enamorado de la arrolladora imagen y el grandioso carisma de los cuales presume la señora en su megalomanía, no. Según La Verdad su autor es el propio Pedro Díaz, Director de Salud, ¡un médico proponiendo golpear gente!

“Tengo un grupo de golpeadores a sus órdenes…”, narra La Verdad atribuyéndole la propuesta a Díaz, “ante el asombro de muchos, pero el aplauso de la mayoría”.

Lo más grave es que entre esa mayoría se encontraba la propia alcaldesa, solazándose en el rastrerismo de sus incondicionales, incapaz de discernir que el real objetivo de dicha pandilla no es serle leales, sino seguirla mangoneando a su antojo para sus muy particulares intereses.

La versión sobre el encuentro de adoratrices confabuladas enlista como blancos de potenciales ataques físicos al síndico Guillermo Ruiz Campoy y a los regidores Víctor Ayala, Teresita Álvarez, Flor Díaz, Carlos Quiroz, Ayerim Erro y Berenice Jiménez.

Jiménez ya presentó denuncia por amenazas de muerte ante el Ministerio Público y según se están viendo las cosas, apenas hizo bien, como bien harían ella y sus demás compañeros en informar de la situación a sus mandos partidistas antes de que las cosas pasen a mayores y se llegue a hechos más lamentables aún. Vale más un grito a tiempo.

“El Pato” de Lucas: tendrá que ver por su gente

Seguramente el dirigente estatal de Morena, Jacobo Mendoza, terminaría haciendo mutis, porque Chayito Quintero ya lo mandó por un tubo asegurando que “la marca” es ella y no el partido, pero algo tendrán que decir Ernesto “El Pato” de Lucas y Ernesto Munro, cabezas del PRI y el PAN respectivamente, ante la embestida que están sufriendo su representantes en el Cabildo, porque aquí ya no se está hablando de choque de posturas políticas, sino de grupos de choque para atentar contra la integridad física.

Comentamos ayer que según los siquiatras las persona enfermas de megalomanía “se caracterizan por tener sentimientos exagerados de autoimportancia, creen que siempre tienen la razón, y demuestran grandiosidad en sus creencias y en sus comportamientos (…) No obstante, las personas con trastorno narcisista también presentan una fuerte necesidad de admiración, carecen de sentimientos hacia los demás, necesitan ser el centro de atención y tienden a aprovecharse de los demás para sus propios fines”.

Si así de claro están esos síntomas en la alcaldesa, parece que los de su primer círculo no escapan a ellos.

La alcaldesa: avala aberraciones de sus lambiscones

Los delirios de Chayito
Enlistamos también entre los trastornos mentales de la alcaldesa la esquizofrenia, porque según los especialistas, los síntomas más comunes son los delirios o ideas delirantes:

“Son creencias falsas que la persona sostiene firmemente y que son irreductibles a la lógica. Para ello la persona que padece el trastorno psicótico se apoya en algunos detalles de la realidad, aunque los interpreta de una manera errónea”

Los hay de varios tipos, y entre ellos están:

Delirios de persecución: la persona cree que hay alguien o algo que lo está siguiendo o vigilando.

Delirios de grandeza: la persona cree que posee poderes especiales. “Me siento elegido para hacer una misión, me comunico directamente con Dios”

Delirio de perjuicio: cuando la persona cree que hay alguien intentando dañarle o perjudicándole de alguna forma. “Sé que están montando un complot en mi contra, hay gente que intenta envenenarme”

“Delirio de referencia o autorreferencialidad: la persona sospecha que la gente de habla de ella, incluso desde los medios de comunicación. “Me miran, me observan y están pendientes de todo lo que hago, hablan de mí en las canciones...”

“Los delirios son creencias falsas que no se basan en la realidad. “Por ejemplo, piensas que te están lastimando o acosando, que ciertos gestos o comentarios están dirigidos a ti, que tienes una capacidad o fama excepcional, que otra persona está enamorada de ti o que se está por producir una catástrofe importante. Los delirios se producen en la mayoría de las personas con esquizofrenia”.

Veamos entonces: la persona que padece el trastorno psicótico “se apoya en algunos detalles de la realidad, aunque los interpreta de una manera errónea”.

¿No es lo que ha venido haciendo la alcaldesa desde que tomó el cargo, interpretando erróneamente la realidad para culpar a otros de su incapacidad?

Sin obra pública, sin carros recolectores de basura ni patrullas, dos de los servicios claves para el municipio, con escándalos de corrupción como el “Valegate”, con el despido del Secretario de Programación del Gasto y con el cese de su Tesorero por Cabildo como botones de la anarquía imperante, ella insiste en evadir la realidad, aferrada a que todo está bien y a que sigue “haciendo historia”.

El poeta: experto en inflarle el ego

Y si no es ella, es el Secretario del Ayuntamiento, Jesús Guadalupe Morales, el poeta y director de escena que le vende ideas y ella encantada de la vida se las compra, aunque a la gente no le reporten ningún beneficio, como esa de insistir en “placearla” por todo el municipio con miras al 2021, inflándole el ego de que gana donde la pongan porque el pueblo la adora.

Ella se deja querer y –narcisista y egocéntrica- ya dijo que ni siquiera necesita partido, “porque la marca Chayito Quintero pesa”.

En cuanto a los delirios propios de la esquizofrenia, la alcaldesa cubre a cabalidad los tres: de persecución, de grandeza y de perjuicio.

De persecución porque cree que la siguen o vigilan sólo por el hecho de ser ella, sin distinguir que en todo caso la vigilancia de los ciudadanos o las organizaciones civiles se da automáticamente hacia quienes ostentan cargos de responsabilidad, precisamente para que cumplan con ella, porque para eso se ofrecieron como alternativa de gobierno. De perjuicio, porque la más mínima crítica la atribuye a que están complotando contra ella, engañándose con que los misóginos lo hacen por el hecho de ser mujer, cuando hasta las mujeres se le echaron encima por el desastre en que ha hundido al Ayuntamiento.

Del delirio de grandeza ni hablar. De ese da muestras todos los días, y si no salen de ella, se los pone en charola de plata su legión de lambiscones con tal de seguir mangoneándola.

Fuera de la realidad, Chayito Quintero se desgarra las vestiduras pregonando que sus críticos “quieren desbarrancar" a su gobierno”, cuando los más ocupados en dicha tarea son ella y sus paniaguados.