Header Ads

Migrantes exigen comida en México


Ciudad De Mexico a 26 de abril.-Horas después de un escape masivo de un centro de detención migratoria del sur de México, centenares de migrantes detenidos alzaron los puños el viernes y corearon: ”¡Queremos comida! ¡Queremos salir!”.

Fue el mayor escape masivo de un centro de inmigración en México en la memoria reciente, y un nuevo ejemplo de cómo el gobierno se ha visto abrumado por el flujo de migrantes centroamericanos, cubanos y haitianos.

Los residentes en Tapachula, una ciudad asentada en la frontera con Guatemala, reportaron haber visto a centenares de migrantes corriendo por las calles el jueves por la noche, algunos apenas vestidos y otros metiéndose en furgonetas que pasaban para escapar.

Agentes de inmigración desarmados simplemente no pudieron hacer nada para impedir que los migrantes escaparan, dijeron las autoridades federales.

Aquellos que tienen familiares en el centro de detenciones Siglo XXI dijeron que la fuga se derivó de una disputa sobre comida y espacio para dormir, recursos escasos en la atestada instalación. Las autoridades dicen que al menos mil 300 detenidos se escaparon y que un número similar sigue en el sitio, lo que indicaría que el centro estaba al doble de su capacidad o peor. La instalación fue construida para detener a poco menos de mil personas.

Al menos 700 de los migrantes habían sido recapturados o habían regresado para el viernes al mediodía.

Laisel Gómez Cabrera, un cubano que ahora vive en Texas, estaba preocupado por su esposa, Anisleidys Sosa Almeida, que ha estado en el centro varias semanas.

Gómez estaba parado el viernes afuera de la estación —como lo ha hecho casi todos los días desde que su esposa fue detenida— tratando de obtener información sobre ella. Dijo que había ocurrido una pelea en el centro antes del escape y que fue provocada por la sobrepoblación.

“Hicieron que se pelearan entre ellos por un espacio, para poder alcanzar comidita y demás. Entonces ya no aguantaron, y se amotinaron... y se fueron”, dijo Gómez.

“Mi esposa y mi hijo han estado ahí 27 días en malas condiciones”, señaló por su parte Usmoni Velázquez Vallejo mientras esperaba noticias en el exterior. “Hay hacinamiento, no hay comida suficiente y ni siquiera tienen medicamentos”.

Una consternada Raisa Torres Espinosa estaba esperando noticias de su hija, Cynthia Bárbara, de 21 años, quien estaba detenida en el centro junto con su esposo. Ambos salieron de Cuba recientemente, viajando a través de Panamá y luego a México, donde fueron detenidos.

Torres dijo que su hija le comentó que las condiciones en el centro eran “malísimas” y que habían empeorado la última semana.

“Esta semana han entrado 20 camiones de migrantes, y los han metido todos allí”, dijo, apuntando a las puertas de metal.

Gómez dijo que sospecha que las autoridades pudieran haber abierto las puertas el jueves por la noche para dejar que los migrantes escaparan como forma de reducir las presiones sobre el sistema, a sabiendas de que quienes se fueran no podrían solicitar ningún tipo de visa humanitaria, asilo o residencia en México.

“Los que se van, van a tener una ficha roja”, dijo Gómez. “Todo indocumentado que salga de este centro... si lo vuelven a agarrar, van a tener una deportación inmediata”.

Varios autobuses llegaron el jueves y viernes al parecer para llevarse a las mujeres y menores de la hacinada instalación.





Sin embargo, aunque las condiciones pudieran mejorar un poco, las familias cubanas enfrentan la desesperanza ante la posibilidad de que las deporten.

Carlos Labada, otro cubano que vive en Estados Unidos, dijo que su padre, madre y hermana menor se encuentran en el centro de detención.

“A la niña (le dan) un maltrato sicológico todos los días... ‘Te vamos a deportar, te vamos a deportar’”, declaró Labada. “Sería matarlos en vida” si los devuelven a la isla.

Otros cubanos dijeron que el gobierno negaría oportunidades de trabajo y educación a los deportados.

En enero de 2017, el gobierno saliente del mandatario estadounidense Barack Obama canceló las disposiciones que permitían automáticamente a los cubanos solicitar la permanencia después de su llegada a Estados Unidos.

Debido a la cancelación de esa política, conocida como de “pies secos, pies mojados”, las autoridades de inmigración estadounidenses tratan ahora a los cubanos en forma más parecida a como lo hacen con los migrantes de otras naciones, aunque los cubanos tienen mayores posibilidades de que les concedan el asilo. Aún gozan del derecho a solicitar la residencia después de vivir un año en Estados Unidos, un privilegio que no tienen las personas de otros países.

No hay comentarios.

Con tecnología de Blogger.
Estamos utilizando cookies para brindarle la mejor experiencia en nuestro sitio web.
Puedes obtener más información sobre las cookies en la sección POLÍTICA DE PRIVACIDAD