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CARRUSEL: El Ayuntamiento de Navojoa, convertido en circo de 3 pistas

Los regidores, con Francisco Javier Garcés (segundo de der. a izq.) y el real operador de los enjuagues, Anselmo Sanz Ramírez (al centro)

El Ayuntamiento de Navojoa,
convertido en circo de 3 pistas
Lo que está pasando en el ayuntamiento de Navojoa, estimado lector, de plano es como para sentir pena ajena.
Si la actual administración, sorpresivamente la primera surgida de Morena - pero con orígenes en un mazacote de ex panistas, perredistas, petistas, arribistas y la etcétera- comenzó dando tumbos, a cuatro meses de llegar parece encaminada por sus propios integrantes a su autodestrucción.
A estas alturas y presenciando filtraciones, golpeteos internos, desorden administrativo, autoritarismo, cerrazón y otras lindezas, los navojoenses están decepcionados, unos preguntándose qué aberración ayudaron a engendrar con su voto y otros contando los días para que llegue la hora de volver a usarlo para castigar a corruptos, improvisados e ineptos, porque de todo está viéndose en este cotidiano circo de tres pistas.
En esa vorágine de sainetes, canibalismo e irresponsabilidad, no hay a quién irle, entre una alcaldesa fuertemente atraída por la megalomanía y coqueteando con la bipolaridad - es una Sara García a la hora de victimizarse, pero una María Félix a la hora de empoderarse-; un primer círculo de funcionarios que da más chispazos de ineptitud y torpeza que de capacidad y un Cabildo entre azul y buenas noches, que un día asume posturas dignas como para frenar tanto desorden y al otro inclina la cerviz y permite que siga entronizándose el abuso de poder como sistema de gobierno.
En este contexto se inscribe la enésima rebelión de regidores que encara la alcaldesa Rosario Quintero Borbón con su hasta hoy abortada intentona de “cucharear” el presupuesto de egresos, para hacerle unos “ajustitos” por casi ¡56 millones de pesos!
Eso, diría cualquier lector con mediano conocimiento de estas danzas, lo hacen casi todos los gobiernos, y quizá sí, pero una vez que el flujo de ingresos va impactando el de los egresos, y no cuando éstos fueron aprobados apenas el 30 de diciembre pasado, y mucho menos violentando el proceso de ley: quieren omitir el análisis y dictamen de la Comisión de Hacienda y someterlo al pleno al “bravazo” buscando imponer el vil mayoriteo.
Para remachar el clavo, los motivos que expone la propia alcaldesa –oooobviamente sorprendidísima de que los regidores denuncien madruguete- serían como para soltar la carcajada, de no ser porque evidencian la mala fe o la supina ineptitud de quienes elaboraron el presupuesto.
La señora dice que no incluyeron el pago mensual de 1.5 millones de pesos por luminarias del alumbrado público, y lo más increíble: ¡la partida para el pago de deuda pública! ¡Habráse visto! ¿Cómo no se les olvidó contemplar el pago de nómina, especialmente de los gargantones del primer círculo, que se sirven con la cuchara grande?
No fueron las únicas omisiones, pues muy espichadito, el Secretario de Programación del Gasto Público, Francisco Javier Garcés Rivas, redondeó lo dicho por “Chayito” Quintero: también faltó incluir los desayunos escolares, la compra de equipo de cómputo que requiere el ayuntamiento y el ajuste en el consumo de combustibles, porque según ellos, ha ido a la baja.
Lo que quizá por vergüenza no admitió Garcés Rivas es que a él nada más lo están utilizando por la firma como titular, porque en realidad y por órdenes “de arriba”, el que hizo y está haciendo todos los enjuagues es su subordinado, “cuña” y “oreja” de la Presidencia, Anselmo Sanz Ramírez, Director de Planeación y Programación.
¿Entonces quién diablos y con qué elementos preparó el presupuesto de egresos? Y los señores regidores, ¿tampoco lo detectaron –especialmente el dato de la deuda pública- o les pasó de noche y nada más levantaron el dedo de la misma mano con la que cobran? ¿Cómo no se les olvidó omitir sus propios sueldos?
Por fuerza, además de Anselmo Sanz desde la oficina de Garcés y a la luz de las omisiones que éste mismo admite, aquí hay otro responsable del exhibido encontronazo Presidencia-Cabildo, y es el Tesorero Jesús Antonio Covarrubias Aguilar.
Además de haber arribado al cargo por recomendación del alcalde de Etchojoa, el gris y prepotente Judas Tadeo Valenzuela, porque de Mendívil no tiene nada –mira quién recomienda a quién-, Covarrubias llegó echando por delante una  maestría en Agronegocios y un doctorado en “Planeación Estratégica para la Mejora del Desempeño” cursados en el ITSON.
Ya se ve que los rimbombantes entorchados le sirven para maldita sea la cosa a la hora de manejar finanzas públicas, aunque meses atrás la alcaldesa lo defendió a capa y espada, precisamente por poseer un doctorado –como si los títulos quitaran las malas mañas-, a contrapelo de quienes recuerdan negros antecedentes de su paso como administrador del Distrito de Riego, cuando lo presidía su hoy mecenas el “Juditas” o “El todas mías” Valenzuela, porque de Mendívil no tiene nada.
Si la dupla Covarrubias-Sanz Ramírez es la encargada de manejar las finanzas municipales y cuidar el buen uso del dinero público, ya sabrán los navojoenses hacia dónde se encamina este ayuntamiento.
Si tuvieran una pizca de vergüenza y ante las garrafales pifias exhibidas, ambos deberían renunciar, cosa lejana conociendo también el carácter impositivo y aferrado de la alcaldesa.
En cuanto a los regidores, sería bueno que en un examen de conciencia se preguntaran si honestamente están sirviéndole a los navojoenses o si seguirán dispuestos a pasarse tres años integrando un Cabildo medroso y plegadizo a los designios –ya de arranques, ya de caprichos- de quienes ni siquiera son capaces de definir un rumbo cierto al ayuntamiento.
Los ediles ahora en rebeldía por el pretendido ajuste en el presupuesto tienen razón cuando protestan porque los quieren mover a su arbitrio, como títeres, el día y la hora en que se les pega la gana para aprobar lo que se les pega la gana, empezando por el Síndico Procurador Jesús Guillermo Ruiz Campoy.
Con molestia muy entendible, el señor dice que “No podemos aprobar algo que desconocemos, es muy apurada la forma en que se citó; yo con esa información que mandaron no puedo tomar una decisión”.
Eso haría vislumbrar que por fin asume una gallarda postura de digna defensa de sus convicciones y de la institución que representa –legalmente es el apoderado jurídico del ayuntamiento-, de no ser porque apenas hace días hizo un pronunciamiento casi con las mismas palabras, cuando la alcaldesa propuso pedir aquél crédito por 26 millones de pesos y el señor terminó pandeándose: sólo le faltó aplaudir mientras aprobaba el endeudamiento.
No hay congruencia para creerle, pues.
Desde el punto de vista institucional y hasta por simple organigrama, también le sobra razón al regidor panista Martín Ruy Sánchez, cuando dice que “Los regidores no estamos pintados; no somos para levantar la mano nomás”… pero lamentablemente los hechos han demostrado otra cosa.
Del mismo bando, aunque más mesurado, el Morenista Víctor Ayala pide “Que nos den la información para aprobar de manera responsable”, con lo cual deja la puerta abierta para luego dar elegante chaquetazo ante los rebeldes aduciendo que “El Doctor” Covarrubias y su acople Sanz Ramírez le informaron abundantemente después, así sea a medianoche y en algún matorral donde nadie los haya visto y nadie pueda dar constancia de que así fue.
Le digo, amable lector, que en este circo de tres pistas no hay a quién irle.
Mejor nos quedamos con la advertencia de la regidora priista María Remedios Pulido, en cuanto a que un albazo como el que pretende la alcaldesa “evidencia turbiedad y gato encerrado”.
Sólo que aquí, entre tantos trastupijes, el gato ya parece león…y sin domador a la vista.

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